viernes, 2 de febrero de 2018

La Región Salvaje. El deseo que mueve al mundo.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

Los géneros de ciencia ficción o fantasía no suelen ser un tema muy abordado en el cine mexicano, la mayoría de las veces por la limitación de los presupuestos de producción, pues el crear monstruos o hacer efectos especiales no es una tarea sencilla ni barata. El caso de La Región Salvaje de Amat Escalante es una de las excepciones que se han realizado en los últimos años dentro de nuestra cinematografía. 

En un pueblo de Guanajuato en una choza perdida en el bosque habita, bajo el resguardo de un par de científicos, un ser venido del espacio, el cual convierte a todo el que se acerca, en un ente potencialmente sexual, el dar placer parece ser su único objetivo. Verónica (Simone Bucio) es una mujer que mantiene una relación con dicho ser, pero, al ver que la vitalidad del extraterrestre comienza a extinguirse es necesario buscar a alguien que la reemplace. 

Fabián (Edén Villavicencio) es un enfermero, pero debe esconder su homosexualidad. Su hermana, Luisa (Ruth Jazmín Ramos), está casada con Ángel (Jesús Meza) y ambos crían a sus hijos. Sus vidas se verán alteradas cuando en ellas aparezca Verónica. Tras entablar una amistad con la misteriosa mujer se desencadenará una serie de sucesos que se irán enredando y desenredando y en donde el amor y el deseo serán un factor importante para la sucesión de los hechos.                                                                                   
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Amat Escalante nos presenta un filme en donde se atreve a dar un giro con respecto a lo que había propuesto en sus anteriores trabajos, pero sin dejar de lado un elemento que lo ha caracterizado: la violencia, dando como resultado una mezcla interesante de realismo con fantasía (no confundir con el realismo mágico de García Márquez ni con lo real maravilloso de Alejo Carpentier). 

Dentro de esa realidad se puede destacar el señalamiento hacia diferentes posturas que siguen presentes en la sociedad como el machismo, la homofobia y la represión hacia las aspiraciones femeninas de poder mantener a una familia. Sin embargo, el exceso en el uso de estas temáticas en algún momento, desde la perspectiva de quien esto escribe, termina viéndose como un cócktel de temas en donde no se profundiza en ellos, y que al final vienen a quitarle fuerza a lo que el director quiere poner como tema central, que es la presencia del ser extraterrestre. 

Para poder presentar esos problemas se echa mano de diferentes pequeñas historias que si bien le aportan un poco a la trama central, también se van enredando de manera un tanto forzada (una muestra de ello es la relación homosexual que mantiene el hermano de la protagonista). 

Sin embargo, la cinta tiene gran fuerza en la creación de atmósferas basado en dos cosas principalmente: la fotografía y el ritmo. Por un lado la fotografía sabe emplear a fondo los recursos con los que cuenta cada una de las locaciones en donde suceden las acciones, así encontramos que no hay empacho en iluminar con una bombilla o en aprovechar las condiciones climatológicas de los exteriores, en donde destaca el uso de la neblina en diferentes ocasiones. 

La otra se centra en el ritmo que se le da a la cinta, en donde se nota un cambio importante en el estilo que había mostrado Escalante previamente, pues ahora se ha dejado de lado el uso de planos largos y una cámara inmóvil para dar paso a un uso mayor de planos de acuerdo a lo que cada acción va pidiendo para obtener el impacto deseado. Mención aparte merece el atreverse a usar la cámara para adentrar al espectador dentro de las escenas a través de movimientos sutiles que van mostrando y navegando por los espacios de los escenarios. 
                                                                                                        MIRA NUESTRA VIDEOCRÍTICA
Las actuaciones son un tema que también debe mencionarse, pues fiel al estilo de las cintas anteriores se utilizan actores no profesionales dando un resultado contrastante, mientras Ruth Jazmín Ramos, en el papel protagónico hace un papel excepcional en donde incluso en su interacción con el ser extraterrestre es totalmente creíble, por otro lado hay actuaciones como la de Jesús Meza quien se presenta poco expresivo y acartonado. El resto del reparto logra hacer un trabajo que logra mantener cierta verosimilitud en la historia. 

La Región Salvaje es una cinta que se antoja propositiva en cuanto a la temática que aborda, en el diseño del personaje espacial y en el atrevimiento del director por cambiar ciertos rasgos en el estilo que había desarrollado y presentado previamente. También es interesante el señalar diferentes problemas sociales, aunque se hace de forma un tanto superficial, lo cual le quita un poco de fuerza a la cinta en su historia central. Una historia que busca ser redonda y en esta búsqueda en ocasiones se siente forzada, que tiene un planteamiento interesante y en donde las atmósferas juegan un papel importante (quizá por encima de la historia), una mezcla que resulta difícil señala con un bueno o un malo, pero que sin duda dejará en el espectador una sensación que lo invite a la reflexión o a la antipatía. 


La región salvaje, Amat Escalante, México-Dinamarca-Francia-Alemania-Noruega-Suiza, 2016, 100 min. Con: Ruth Jazmín Ramos, Simone Bucio, Jesús Meza, Edén Villavicencio, et. al

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