viernes, 24 de febrero de 2017

Mientras el lobo no está. El juego es sobrevivir.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

La canción de niños popular en México dice: "Jugaremos en el bosque/mientras el lobo no está/porque si el lobo aparece/a todos nos comerá. Nada mejor para contextualizar en la historia que Joseph Hemsani nos cuenta en este filme que tiene por nombre Mientras el lobo no está; y aunque la historia tiene a unos niños por protagonistas poco tiene que ver con juegos. 

En los años cincuenta, Alex (Luis de la Rosa) llega a un internado después de haberse metido en problemas con sus padres, a quienes les es vendida la idea del lugar como la última opción para que el niño se corrija. La disciplina y, hasta cierto punto, la religión son las dos herramientas principales para corregir a los niños y Julio (Mauricio García Lozano), el director del lugar, no dudará en usarlas para hacer valer su poder 

Los rumores indican que sólo un hombre y algunas mujeres han logrado escapar del lugar, el cual, a propósito se encuentra en medio de un bosque, Alex y sus tres amigos, buscarán rebelarse y fugarse, convenciendo además a algunas de sus compañeras (cuasi-novias), antes de que el invierno o el tiempo les demuestren que es demasiado tarde. 

Esta propuesta tiene sus bemoles y logra ser bastante contrastante, aunque debe decirse que el resultado final deja una sensación de satisfacción por la historia. Comenzando por el guión, le resulta imposible no mostrar algunas referencias a otras cintas (clásicos incluso) como El Resplandor de Stanley Kubrick o El Orfanato de Juan Antonio Bayona; dicho lo anterior es evidente que tendremos una historia con momentos de terror y suspenso (especialmente suspenso). La cinta se basa en diferentes clichés de estos géneros, sin embargo, tiene la capacidad de dar algunos giros inesperados lo cual le quita la predicibilidad que podrían tener algunas escenas. 

En contraste, algunos de los diálogos (especialmente entre los niños) no van de acuerdo a las psicologías que los personajes han presentado previamente, lo cual hace que en ciertos momentos se pierda la verosimilitud del relato. 

En el aspecto de las actuaciones el asunto también es contrastante, por un lado tenemos a un Mauricio García que termina (en sentido metafórico) por comerse a sus compañeros del reparto, pues su papel como el director del internado, abusivo, prepotente y disciplinado está bien diseñado y muy bien logrado, se da a odiar. En contraste los niños tienen actuaciones regulares, en ocasiones su sonsonete le quita credibilidad a sus personajes, volviendo algunas escenas un tanto acartonadas. 


Uno de los aspectos que destaca es la fotografía la cual logra ambientar en muy buena forma las situaciones, generando que los escenarios (que tambien son resaltables por su ambientación) luzcan de forma lúgubre. Las locaciones y el vestuario completan las herramientas de ambientación que apoyan en verosimilitud a la historia.  

Mientras el lobo no está es una propuesta mexicana que a pesar de sus contrastes logra su objetivo, que es en primer lugar entretener y en segundo generar atmósferas de suspenso y aunque basadas en otras cintas, logran llegar a buen puerto. Es una cinta bastante disfrutable.
 
Mientras el lobo no está, Joseph Hemsani, México, 2017, 123 min. Con: Maurico García Lozano, Luis de la Rosa, MIranda Kay, et. al. 
 
 

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