jueves, 22 de septiembre de 2016

La vida es sueño, ¿y el amor? John From.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

Aunque suene trillado "la imaginación hace viajar" a cualquiera por diferentes lugares y decantar en la mente infinidad de fantasías, es también una manera de llevar la realidad y escapar, al menos por unos momentos de cómo es a como nos gustaría que fuera. John From de Joâo Nicolau tiene algo de todo eso: amor adolescente y muchas fantasías. 

Rita (Julia Palha) es una quinceañera, pasa las vacaciones de verano acompañada de su amiga Sara (Clara Riedenstein) en una pequeña ciudad de Portugal, el transcurso del tiempo se torna aburrido mientras combinan su tiempo entre el centro cultural del lugar y el balcón donde toman el sol. Hasta que un día Rita encuentra, casi por casualidad una exposición fotográfica de una isla en Oceanía llamada Melanesia.

Mientras recorre la exposición queda cautivada por la belleza de ese lugar que para ella es exótico, se da cuenta de que el autor de dichas fotografías es su vecino nuevo, un antropólogo veinte años mayor de ella, de quien comienza a enamorarse y a quien tratará de conquistar a toda costa.

El filme en cuestión retoma la vida cotidiana y el aburrimiento que sus rutinas pueden tener para, a partir de ahí, presentarnos algunas injerencias de lo onírico y hasta irreal para darle un giro a la vida del par de adolescentes que se ha cansado ya de las mismas actividades, los mismos jóvenes y los mismos lugares.

El guión propuesto se torna interesante cuando intenta combinar lo que sucede en la imaginación de Rita con la realidad y busca precisamente eso, hacer pasarlo como algo real, esto lo logra porque durante el desarrollo se van planteando ciertas pistas que rodean al personaje principal en donde comienzan a sucederle cosas inexplicables, la aparición de un auto o una carta moviéndose en el aire son ejemplos de ellos, de esta forma cuando hay un cambio radical en el ambiente se antoja creíble hasta cierto punto, pues bien podría tomarse como un salto que carece de explicación de no ser por una frase que nos es presentada en medio de la incertidumbre.

Las actuaciones están bien logradas, el peso de la historia cae en su mayoría en Rita quien lleva a buen puerto lo que se pide de su personaje. El resto de los personajes acompaña en buena forma, aunque, hay que decirlo, mientras sucede el momento más radical de fantasía las actuaciones se antojan torpes en donde la interacción entre los personajes dejan la sensación de ser muy "tiezas", quizá para hacer resaltar ese momento en que se está.

La cámara alcanza buen ritmo mezclando algunos encuadres de larga duración con momentos en donde los cortes son más frecuentes siempre respondiendo a las necesidades de cada escena. 

La música es otro factor interesante, pues tiene un papel que va más allás de acompañar o ilustrar las acciones (lo cual también hace) sino también contenida en un dispositivo de mp3, que funge como oráculo y ayudará a las jóvenes a tomar decisiones. Donde puede cuestionarse son los efectos internacionales, en donde en algunas ocasiones sí se alcanza a ver la utilización de los mismos. 

La fotografía es otro elemento a destacar, pues se utilizan diferentes colores no sólo dentro de la paleta de los mismos, sino también en la iluminación en donde en algunas escenas nocturnas se destaca su uso.

John From es una cinta que muestra de manera diferente el amor en la adolescencia en donde en la mayoría de las ocasiones hay más de fantasía que de realidad, en donde los deseos la mayor parte de las veces se quedan en eso y son pocos los que logran llevarse a la realidad. Es un viaje en donde lo irreal puede parecer real sin empacho alguno.

John From, Joâo Nicolau, Portugal- Francia, 2015, 98 min. Con: Julia Palha, Clara Riedenstein, Filipe Vargas, et. al.  

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