viernes, 8 de abril de 2016

La importancia de tener buenos compañeros de viaje. Una sonrisa a la vida.

sonrisaPor: Manuel Hernández-Samperio.

El ser humano tiene, constantemente, la preocupación de hacer algo, dejar un legado o ser reconocido antes de que la muerte los alcance. Pero, ¿qué sucede cuando le diagnostican con una enfermedad terminal y el tiempo comienza a acabarse?

Una sonrisa a la vida, o Truman en Españaparte de esta premisa para contarnos la historia de Juián, un actor argentino que vive en Madrid y que ha sido diagnosticado con cáncer, tras haber estado en diferentes tratamientos su estado parece no mejorar, es entonces que recibe la visita de Tomás, su mejor amigo que ahora vive en Canadá.

La visita que durará cuatro días los llevará a revivir viejos tiempos, pero sobre todo a re-descubrirse, y saber que a pesar de distancia y tiempo, pueden seguir contando el uno con el otro, Truman es la mascota de Julián, quien tendrá que buscarle una nueva familia antes de partir.

Esta cinta, ganadora de cinco premios Goya (máximo galardón español) tiene un guión interesante, parte del viaje de Tomás para llevarnos con el protagonista de la historia: Julián. A partir de aquí, las aventuras que vivirán los llevarán a entender y conocer las fuerzas y los miedos que tiene cada uno. Los diálogos y situaciones tienen un gran sentido del humor, haciendo gala del sarcasmo empleado por el personaje de Julián, pero también da unos giros muy bien llevados para terminar en situaciones emotivas.
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Julián, interpretado por Ricardo Darín, es el personaje que parece estar mejor armado y quien durante la curva dramática va teniendo una evolución evidente, si bien en un principio se nos muestra como alguien fuerte debido a las decisiones que ha tomado, poco a poco veremos que cada vez le cuesta más trabajo mantener esa decisión gracias a los miedos que se evidencia aún tiene. El trabajo de su coprotagonista, Javier Cámara, también es destacable, aunque el personaje que encarna no tiene una evolución tan marcada como la de su compañero. Y aquí sería bueno mencionar que aunque Truman no tiene gran presencia a cuadro en varias ocasiones termina fungiendo como un motivador para hacer avanzar la historia.

Respecto al empleo de la música, bien podría prestarse a debate la utilización de la misma. Es en su mayoría extradiegética, es decir, no forma parte de la historia y es utilizada para ambientar ciertos momentos. En algunas ocasiones pasa desapercibida, sin embargo, hay algunos momentos en donde se siente que sobra, en específico en los momentos emotivos, pues desde nuestra perspectiva hay escenas que por  mismas tienen suficiente fuerza para impactar en el ánimo del espectador y la música que se emplea (que busca reforzar ese sentimiento) termina por chocar con la imagen y da la sensación de que está de más (quien esto escribe no está en contra del uso de la música extradiegética, sólo considera que debe emplearse cuando la misma historia lo pide).
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En otro aspecto la cinta presenta algunos problemas en la edición, pues hay algunos cortes que evidencian errores de continuidad en los movimientos de los personajes, entiéndase tenía la mano arriba y después del corte la tiene abajo, lo cual difícilmente pasa desapercibida a los ojos del espectador.

En conclusión, Una sonrisa a la vida, presenta una historia que centra su genialidad en el guión y en las interpretaciones de sus personajes, son estas dos características las que llevarán al espectador a reflexionar y sentir sobre la importancia de tener buenos compañeros de vida. Una película divertida, emotiva y entrañable.

Una sonrisa a la vida de Cesc Gay, España-Argentina, 2015, 109 min.


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