martes, 22 de marzo de 2016

El andar de la vida. Buey Neón.


Por: Manuel Hernández.


El campo y las actividades que se desarrollan alredeor de él ha sido una temática que ha pasado a un término secundario en las cinematografías mundiales, basta recordar que en la historia del cine mexicano el campo era parte fundamental en las películas de la época de oro;  situaciones similares suceden con las cinematografías latinoamericanas, aunque eventualmente aparecen películas que se centran en las problemáticas campiranas y hacen que voleteemos para darnos cuenta que existen cosas qué contar.

El caso de Buey Neón es un tanto extraño, la película nos presenta a tres personajes que han sido unidos por las circunstancias de la vida. En primer lugar está Iremar, un hombre que trabaja cuidando y preparando bueyes para las vaquejadas (una actividad parecida a la suerte charra de tirar becerreros, pero aquí es a través de la cola) pero que su más grande sueño es ser diseñador. Por otro lado están Galega y su hija Cacá, la primera maneja el camión en donde transportan los bueyes con los que trabaja Iremar, la segunda se niega a aprender los roles que "como mujer" debe desempeñar y en cambio quiere aprender los secretos sobre el trato con los animales y desea fervientemente un caballo.

La convivencia se da entre ellos como algo natural, Iremar diseña los trajes que Galega utilizará cuando, en su otro trabajo, tenga que bailar en una especie de club nocturno. Además de ellos trabajan dos personajes más que complementan el equipo que cuida y lleva a los bueyes de pueblo en pueblo. Parece que la rutina del grupo está bien definida hasta que por azares del destino llegan dos personajes a la vida de Iremar y Galega que traerán un cambio.

La cinta no se esfuerza por plantearnos una curva dramática convencional (aristotélica), es decir, con un planteamiento, nudo y desenlace, en su lugar, nos introduce en la vida de estos tres personajes y nos retrata un pedazo de la forma en que se desenvuelven entre sí. Se puede decir que no hay un conflicto que resolver, sino que se busca y se basa en el realismo para reflejar costumbres, maneras de pensar y actuar por parte de un grupo que ha sido marginado a la pobreza por un crecimiento que ha afectado a casi toda Latinoamérica, dejando a grandes cantidades de gente fuera del progreso.


Esta situación puede hacer pensar que la trama no lleva a ningún lado, lo cual hasta cierto punto es verdad, no veremos una evolución de los personajes derivada de la curva dramática, porque no hay una motivación para ello, sin embargo, a cambio se nos plantean personajes que reflejan problemáticas y situaciones por las que atraviesan todos los seres humanos: sueños (quizá inalcanzables, que se conforman con ciertos paliativos), la soledad, el amor, hurtos, etc.

Cada uno de los personajes, tiene un rol bien definido dentro del trabajo que realizan, esto mismo hace que en las relaciones también se conozcan y sepan qué puede esperar uno del otro. La historia está plagada de momentos cómicos, muchos de ellos dan la impresión de ser involuntarios y otras con total consciencia de ello, revelando cómo son las relaciones de género (las discusiones entre hombres son muestra de esto).

La fotografía es un punto a su favor, especialmente en las tomas que se desarrollan en la noche o en espacios con poca iluminación, pues utilizan colores azules o rojos y luces fosforescentes que le dan un toque especial. Otra característica de la película es que, como se mencionó, busca reflejar la realidad lo más cercano posible, por lo cual no repara en presentar imágenes que corroboran esa intención, lo cual podría llegar a ser un tanto molesto para algunas personas, el plano secuencia previo al final puede ser un ejemplo.

Buey Neón, en conjunto, es una película interesante por las temáticas que refleja, no muestra una historia en particular, no resalta algún protagonista que enfrente algún reto, sin embargo, fiel al cine brasileño de los últimos años, es un retrato de la vida cotidiana de personajes marginados que a pesar de todo buscan seguir sus sueños y enfrentan la vida de acuerdo a los cambios y situaciones que ella misma les impone.

Buey Neón de Gabriel Mascaro, Brasil-Uruguay-Países Bajos, 2015, 101 min. Con: Juliano Cazarré, Maeve Jinkings, Aline Santana, et. al.  


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